BBC Ciencia
Una de cada cinco plantas en peligro de extinción
Una quinta parte de las plantas del mundo -el 20%- están amenazadas de extinción, según un informe global publicado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
El estudio, afirman los investigadores, es el primero que presenta la verdadera extensión de la amenaza que enfrentan las 380.000 especies de plantas que se conocen en el planeta.
Y las cifras muestran que están tan amenazadas como los mamíferos del mundo.
El informe, en el que también participaron científicos del Jardín Botánico de Kew y el Museo de Historia Natural de Londres, analizó una muestra representativa de las plantas conocidas en el mundo y la información fue comparada con los ejemplares almacenados en los herbarios de Kew y del Museo de Historia Natural.
"Este estudio confirma lo que ya sospechábamos, que las plantas están amenazadas y que la principal causa es la pérdida de hábitat inducida por el ser humano" expresa el profesor Stephen Hopper, director del Jardín de Kew.
Según el experto, ésta es la primera vez que se ofrece un panorama global del riesgo de extinción de las plantas del mundo.
Pérdida de hábitat
El informe muestra que las regiones más amenazadas son las selvas tropicales y que el grupo que enfrenta mayor riesgo son las gimnospermas -las plantas productoras de semillas- que abarcan a las coníferas y las cícadas.
Asimismo, las especies más amenazadas se encuentran en las selvas tropicales.
"La mayor amenaza es la pérdida de hábitat inducida por el humano, principalmente por la conversión de los hábitats naturales para el uso de agricultura y ganadería" señalan los autores.
Los investigadores subrayan que las cifras podrían incluso ser peores porque "el 33% de las plantas siguen siendo tan poco conocidas que todavía no sabemos si están o no en peligro de extinción".
Según los investigadores, la tarea de analizar la amenaza que enfrentan las plantas del mundo es un desafío mucho mayor que el de otros grupos debido a la gran cantidad de especies de plantas que existen en el planeta, 380.000, comparadas con 5.490 especies de mamíferos o 6.285 de anfibios.
Hasta ahora el Índice de la Lista Roja de Especies Amenazadas sólo había podido incluir el 3% (unas 12.873) especies de plantas.
Pero el nuevo estudio incluyó una muestra seleccionada al azar de todas las especies conocidas para poder obtener un panorama más general de la amenaza que enfrenta cada grupo.
En total se analizaron unas 7.000 especies de plantas, una muestra de 1.500 especies de cada uno de los grandes grupos de plantes: briófitos, pteridófitos, gimnospermas, monocotiledóneas y legumbres.
Se encontró que 36% de las gimnospermas están en peligro crítico de extinción.
América
El informe muestra que en América, la región más amenazada es la selva Atlántica de Brasil, donde más del 90% de la selva original ha sido deforestada y convertida en tierra para agricultura o zonas urbanas.
"Cerca de 6.000 de las 20.000 especies de plantas vasculares que se encuentran en la selva Atlántica de Brasil no se ven en ninguna otra región de la Tierra" dice el informe.
Y en América del Norte "aunque la mayoría de las especies no están amenazadas, el desarrollo residencial y la intensificación de la agricultura han cambiado completamente la formación ecológica de vastas áreas del continente" agrega.
"De los 162 millones de hectáreas de pradera histórica en las Grandes Llanuras (que se extienden en el centro de Estados Unidos desde su frontera con México hasta la de Canadá), el 99,99% en el este de la región ha desaparecido".
Los autores afirman que es urgente tomar medidas para revertir esta tendencia.
"No podemos sentarnos y mirar cómo desaparecen las especies de plantas", dice el profesor Hopper.
"Las plantas son la base de la vida en la Tierra, fuente de aire limpio, agua, alimento y combustible. Todos los animales dependen de ellas, y nosotros también", expresa el experto.
tomado de http://angelcareaga7.blogspot.com/
jueves, 30 de septiembre de 2010
sábado, 25 de septiembre de 2010
El mundo va lento el mundo Violento las intervenciones de Alan Pool
Acerca de la intervención de Alan Pool.
La ruta normal de los transeúntes del paseo del Prado en la ciudad de La Paz fue irrumpida abruptamente el día viernes 4 de septiembre a las 3:30 de la tarde, por un cuerpo tendido en el suelo y amarrado con cintas y plástico donde se podían leer las frases ´´ El mundo va lento`` en el frente y ´´ El mundo violento`` en la espalda. El cuerpo giro sobre su eje desde las gradas de la conocida vía y llego hasta la esquina que se sitúa frente a la fuente del cine 16 de julio empujado por otra persona que gritaba las mismas frases mientras ayudaba en la intervención. Yo pude llegar a ver la acción no muy lejos de las gradas donde empezó su recorrido, y pude notar inmediatamente el cansancio que pesaba ya sobre el rostro del Intervencionista Alan Pool mientras realizaba su recorrido de girar como un mundo lento y violento. Así acompañe su travesía mientras escuchaba los más variados comentarios acerca del acontecimiento: ´´ Como le van hacer así`` grito una señora, muchos otros pasaban encima de el apresurados atrapados no por plásticos sino por la rápida y violenta rutina que nos involucra a todos en nuestro diario que hacer. Otros siguieron la obra y se preguntaban extrañados ´´ ¿Por qué lo hacia?``, un señor paso gritando diciendo: ´´ ¿Por qué no lo ponen de una vez al medio de la calle? ´´ Lo vamos a poner`` le respondió el que lo ayudaba``, ´´ Que ha pasado y pobrecito`` exclamaron más de un chico y chica salidos del colegio, unos policías se acercaron y preguntaron si es que tenían algún permiso para realizar la acción intentando detenerlo. Finalmente Pool llego al final de su ruta, pidió ayuda para que lo desamarrarán y un joven se acerco ha hablarle de Dios y sus problemas. Liberado en parte se le colocaron los anuncios alrededor ´´ El mundo va lento`` ´´ El mundo violento`` y un señor paso gritando ´´ El mundo es así``.
La acción formo parte del festival de intervenciones urbanas ´´ Transformarte`` para más informacion visite el blog personal del interventor: Alan Pool.
http://diasdeinterventor.blogspot.com/
http://www.youtube.com/watch?v=NT9PRnRSd_0
http://www.youtube.com/watch?v=tKf7LsXTbcY
http://www.youtube.com/watch?v=ghcKmiz5cg0
viernes, 17 de septiembre de 2010
lunes, 13 de septiembre de 2010
Talleres de Agricultura Permacurtire
El día miercoles 15 a las 15:00 horas se realizara un taller de Permacurtire en el café carcajada de Mujer, el taller enseñara el cultivo de vegetales y otros en cajas de madera u/o pequeños recipientes, también se enseñara otras técnicas para aprovechar el mínimo de terrenos de cultivos para tener una pequeña huerta autosustentable. A opinión del autor del Taller la revolución empieza el momento en que dejas de depender del sistema para cubrir tus necesidades básicas alimenticias cultivando tus propios alimentos.
Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra
22 de Abril Cochabamba, Bolivia
ACUERDO DE LOS PUEBLOS
Hoy, nuestra Madre Tierra está herida y el futuro de la humanidad está en peligro.
De incrementarse el calentamiento global en más de 2º C, a lo que nos conduciría el llamado “Entendimiento de Copenhague” existe el 50% de probabilidades de que los daños provocados a nuestra Madre Tierra sean totalmente irreversibles. Entre un 20% y un 30% de las especies estaría en peligro de desaparecer. Grandes extensiones de bosques serían afectadas, las sequías e inundaciones afectarían diferentes regiones del planeta, se extenderían los desiertos y se agravaría el derretimiento de los polos y los glaciares en los Andes y los Himalayas. Muchos Estados insulares desaparecerían y el África sufriría un incremento de la temperatura de más de 3º C. Así mismo, se reduciría la producción de alimentos en el mundo con efectos catastróficos para la supervivencia de los habitantes de vastas regiones del planeta, y se incrementaría de forma dramática el número de hambrientos en el mundo, que ya sobrepasa la cifra de 1.020 millones de personas.
Las corporaciones y los gobiernos de los países denominados “más desarrollados”, en complicidad con un segmento de la comunidad científica, nos ponen a discutir el cambio climático como un problema reducido a la elevación de la temperatura sin cuestionar la causa que es el sistema capitalista.
Confrontamos la crisis terminal del modelo civilizatorio patriarcal basado en el sometimiento y destrucción de seres humanos y naturaleza que se aceleró con la revolución industrial.
El sistema capitalista nos ha impuesto una lógica de competencia, progreso y crecimiento ilimitado. Este régimen de producción y consumo busca la ganancia sin límites, separando al ser humano de la naturaleza, estableciendo una lógica de dominación sobre ésta, convirtiendo todo en mercancía: el agua, la tierra, el genoma humano, las culturas ancestrales, la biodiversidad, la justicia, la ética, los derechos de los pueblos, la muerte y la vida misma.
Bajo el capitalismo, la Madre Tierra se convierte en fuente sólo de materias primas y los seres humanos en medios de producción y consumidores, en personas que valen por lo que tienen y no por lo que son.
El capitalismo requiere una potente industria militar para su proceso de acumulación y el control de territorios y recursos naturales, reprimiendo la resistencia de los pueblos. Se trata de un sistema imperialista de colonización del planeta.
La humanidad está frente a una gran disyuntiva: continuar por el camino del capitalismo, la depredación y la muerte, o emprender el camino de la armonía con la naturaleza y el respeto a la vida.
Requerimos forjar un nuevo sistema que restablezca la armonía con la naturaleza y entre los seres humanos. Sólo puede haber equilibrio con la naturaleza si hay equidad entre los seres humanos.
Planteamos a los pueblos del mundo la recuperación, revalorización y fortalecimiento de los conocimientos, sabidurías y prácticas ancestrales de los Pueblos Indígenas, afirmados en la vivencia y propuesta de “Vivir Bien”, reconociendo a la Madre Tierra como un ser vivo, con el cual tenemos una relación indivisible, interdependiente, complementaria y espiritual.
Para enfrentar el cambio climático debemos reconocer a la Madre Tierra como la fuente de la vida y forjar un nuevo sistema basado en los principios de:
armonía y equilibrio entre todos y con todo
complementariedad, solidaridad, y equidad
bienestar colectivo y satisfacción de las necesidades fundamentales de todos en armonía con la Madre Tierra
respeto a los Derechos de la Madre Tierra y a los Derechos Humanos
reconocimiento del ser humano por lo que es y no por lo que tiene
eliminación de toda forma de colonialismo, imperialismo e intervencionismo
paz entre los pueblos y con la Madre Tierra.
El modelo que propugnamos no es de desarrollo destructivo ni ilimitado. Los países necesitan producir bienes y servicios para satisfacer las necesidades fundamentales de su población, pero de ninguna manera pueden continuar por este camino de desarrollo en el cual los países más ricos tienen una huella ecológica 5 veces más grande de lo que el planeta es capaz de soportar. En la actualidad ya se ha excedido en más de un 30% la capacidad del planeta para regenerarse. A este ritmo de sobreexplotación de nuestra Madre Tierra se necesitarían 2 planetas para el 2030.
En un sistema interdependiente del cual los seres humanos somos uno de sus componentes no es posible reconocer derechos solamente a la parte humana sin provocar un desequilibrio en todo el sistema. Para garantizar los derechos humanos y restablecer la armonía con la naturaleza es necesario reconocer y aplicar efectivamente los derechos de la Madre Tierra.
Para ello proponemos el proyecto adjunto de Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra en el cual se consignan:
Derecho a la vida y a existir;
Derecho a ser respetada;
Derecho a la regeneración de su biocapacidad y continuación de sus ciclos y procesos vitales libre de alteraciones humanas;
Derecho a mantener su identidad e integridad como seres diferenciados, auto-regulados e interrelacionados;
Derecho al agua como fuente de vida;
Derecho al aire limpio;
Derecho a la salud integral;
Derecho a estar libre de la contaminación y polución, de desechos tóxicos y radioactivos;
Derecho a no ser alterada genéticamente y modificada en su estructura amenazando su integridad o funcionamiento vital y saludable.
Derecho a una restauración plena y pronta por las violaciones a los derechos reconocidos en esta Declaración causados por las actividades humanas.
La visión compartida es estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero para hacer efectivo el Artículo 2 de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático que determina “la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropogénicas peligrosas para el sistema climático”. Nuestra visión es, sobre la base del principio de las responsabilidades históricas comunes pero diferenciadas, exigir que los países desarrollados se comprometan con metas cuantificadas de reducción de emisiones que permitan retornar las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a 300 ppm y así, limitar el incremento de la temperatura media global a un nivel máximo de 1°C.
Enfatizando la necesidad de acción urgente para lograr esta visión, y con el apoyo de los pueblos, movimientos y países, los países desarrollados deberán comprometerse con metas ambiciosas de reducción de emisiones que permitan alcanzar objetivos a corto plazo, manteniendo nuestra visión a favor del equilibrio del sistema climático de la Tierra, de acuerdo al objetivo último de la Convención.
La “visión compartida” para la “Acción Cooperativa a Largo Plazo” no debe reducirse en la negociación de cambio climático a definir el límite en el incremento de la temperatura y la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, sino que debe comprender de manera integral y equilibrada un conjunto de medidas financieras, tecnológicas, de adaptación, de desarrollo de capacidades, de patrones de producción, consumo y otras esenciales como el reconocimiento de los derechos de la Madre Tierra para restablecer la armonía con la naturaleza.
Los países desarrollados, principales causantes del cambio climático, asumiendo su responsabilidad histórica y actual, deben reconocer y honrar su deuda climática en todas sus dimensiones, como base para una solución justa, efectiva y científica al cambio climático. En este marco exigimos a los países desarrollados que:
Restablezcan a los países en desarrollo el espacio atmosférico que está ocupado por sus emisiones de gases de efecto invernadero. Esto implica la descolonización de la atmósfera mediante la reducción y absorción de sus emisiones.
Asuman los costos y las necesidades de transferencia de tecnología de los países en desarrollo por la pérdida de oportunidades de desarrollo por vivir en un espacio atmosférico restringido.
Se hagan responsables por los cientos de millones que tendrán que migrar por el cambio climático que han provocado y que eliminen sus políticas restrictivas de migración y ofrezcan a los migrantes una vida digna y con todos los derechos en sus países.
Asuman la deuda de adaptación relacionadas a los impactos del cambio climático en los países en desarrollo proveyendo los medios para prevenir, minimizar y atender los daños que surgen de sus excesivas emisiones.
Honren estas deudas como parte de una deuda mayor con la Madre Tierra adoptando y aplicando la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra en las Naciones Unidas.
El enfoque debe ser no solamente de compensación económica, sino principalmente de justicia restaurativa – es decir restituyendo la integridad a las personas y a los miembros que forman una comunidad de vida en la Tierra.
Deploramos el intento de un grupo de países de anular el Protocolo de Kioto el único instrumento legalmente vinculante específico para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de los países desarrollados.
Advertimos al mundo que no obstante estar obligados legalmente las emisiones de los países desarrollados en lugar de reducir, crecieron en un 11,2% entre 1990 y 2007.
Estados Unidos a causa del consumo ilimitado aumentó sus emisiones de GEI en 16,8% durante el periodo 1990 al 2007, emitiendo como promedio entre 20 y 23 toneladas anuales de CO2 por habitante, lo que representa más de 9 veces las emisiones correspondientes a un habitante promedio del Tercer Mundo, y más de 20 veces las emisiones de un habitante de África Subsahariana.
Rechazamos de manera absoluta el ilegitimo “Entendimiento de Copenhague”, que permite a estos países desarrollados ofertar reducciones insuficientes de gases de efecto invernadero, basadas en compromisos voluntarios e individuales, que violan la integridad ambiental de la Madre Tierra conduciéndonos a un aumento de alrededor de 4ºC.
La próxima Conferencia sobre Cambio Climático a realizarse a fines de año en México debe aprobar la enmienda al Protocolo de Kioto, para el segundo período de compromisos a iniciarse en 2013 a 2017 en el cual los países desarrollados deben comprometer reducciones domésticas significativas de al menos el 50% respecto al año base de 1990 sin incluir mercados de carbono u otros sistemas de desviación que enmascaran el incumplimiento de las reducciones reales de emisiones de gases de efecto invernadero.
Requerimos establecer primero una meta para el conjunto de los países desarrollados para luego realizar la asignación individual para cada país desarrollado en el marco de una comparación de esfuerzos entre cada uno de ellos, manteniendo así el sistema del Protocolo de Kioto para las reducciones de las emisiones.
Los Estados Unidos de América, en su carácter de único país de la Tierra del Anexo 1 que no ratificó el Protocolo de Kioto tiene una responsabilidad significativa ante todos los pueblos del mundo por cuanto debe ratificar el Protocolo de Kioto y comprometerse a respetar y dar cumplimiento a los objetivos de reducción de emisiones a escala de toda su economía.
Los pueblos tenemos los mismos derechos de protección ante los impactos del cambio climático y rechazamos la noción de adaptación al cambio climático entendida como la resignación a los impactos provocados por las emisiones históricas de los países desarrollados, quienes deben adaptar sus estilos de vida y de consumo ante esta emergencia planetaria. Nos vemos forzados a enfrentar los impactos del cambio climático, considerando la adaptación como un proceso y no como una imposición, y además como herramienta que sirva para contrarrestarlos, demostrando que es posible vivir en armonía bajo un modelo de vida distinto.
Es necesario construir un Fondo de Adaptación, como un fondo exclusivo para enfrentar el cambio climático como parte de un mecanismo financiero manejado y conducido de manera soberana, transparente y equitativa por nuestros Estados. Bajo este Fondo se debe valorar: los impactos y sus costos en países en desarrollo y las necesidades que estos impactos deriven, y registrar y monitorear el apoyo por parte de países desarrollados. Éste debe manejar además un mecanismo para el resarcimiento por daños por impactos ocurridos y futuros, por pérdida de oportunidades y la reposición por eventos climáticos extremos y graduales, y costos adicionales que podrían presentarse si nuestro planeta sobrepasa los umbrales ecológicos así como aquellos impactos que están frenando el derecho a Vivir Bien.
El “Entendimiento de Copenhague” impuesto sobre los países en desarrollo por algunos Estados, más allá de ofertar recursos insuficientes, pretende en si mismo dividir y enfrentar a los pueblos y pretende extorsionar a los países en desarrollo condicionando el acceso a recursos de adaptación a cambio de medidas de mitigación. Adicionalmente se establece como inaceptable que en los procesos de negociación internacional se intente categorizar a los países en desarrollo por su vulnerabilidad al cambio climático, generando disputas, desigualdades y segregaciones entre ellos.
El inmenso desafío que enfrentamos como humanidad para detener el calentamiento global y enfriar el planeta sólo se logrará llevando adelante una profunda transformación en la agricultura hacia un modelo sustentable de producción agrícola campesino e indígena/originario, y otros modelos y prácticas ancestrales ecológicas que contribuyan a solucionar el problema del cambio climático y aseguren la Soberanía Alimentaria, entendida como el derecho de los pueblos a controlar sus propias semillas, tierras, agua y la producción de alimentos, garantizando, a través de una producción en armonía con la Madre Tierra, local y culturalmente apropiada, el acceso de los pueblos a alimentos suficientes, variados y nutritivos en complementación con la Madre Tierra y profundizando la producción autónoma (participativa, comunitaria y compartida) de cada nación y pueblo.
El Cambio Climático ya está produciendo profundos impactos sobre la agricultura y los modos de vida de los pueblos indígenas/originarios y campesinos del mundo y estos impactos se irán agravando en el futuro.
El agro negocio a través de su modelo social, económico y cultural de producción capitalista globalizada y su lógica de producción de alimentos para el mercado y no para cumplir con el derecho a la alimentación, es una de las causas principales del cambio climático. Sus herramientas tecnológicas, comerciales y políticas no hacen más que profundizar la crisis climática e incrementar el hambre en el planeta. Por esta razón rechazamos los Tratados de Libre Comercio y Acuerdos de Asociación y toda forma de aplicación de los Derechos de Propiedad Intelectual sobre la vida, los paquetes tecnológicos actuales (agroquímicos, transgénicos) y aquellos que se ofrecen como falsas soluciones (agrocombustibles, geoingeniería, nanotecnología, tecnología Terminator y similares) que únicamente agudizarán la crisis actual.
Al mismo tiempo denunciamos como este modelo capitalista impone megaproyectos de infraestructura, invade territorios con proyectos extractivistas, privatiza y mercantiliza el agua y militariza los territorios expulsando a los pueblos indígenas y campesinos de sus territorios, impidiendo la Soberanía Alimentaria y profundizando la crisis socioambiental.
Exigimos reconocer el derecho de todos los pueblos, los seres vivos y la Madre Tierra a acceder y gozar del agua y apoyamos la propuesta del Gobierno de Bolivia para reconocer al agua como un Derecho Humano Fundamental.
La definición de bosque utilizada en las negociaciones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, la cual incluye plantaciones, es inaceptable. Los monocultivos no son bosques. Por lo tanto, exigimos una definición para fines de negociación que reconozca los bosques nativos y la selva y la diversidad de los ecosistemas de la tierra.
La Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas debe ser plenamente reconocida, implementada e integrada en las negociaciones de cambio climático. La mejor estrategia y acción para evitar la deforestación y degradación y proteger los bosques nativos y la selva es reconocer y garantizar los derechos colectivos de las tierras y territorios considerando especialmente que la mayoría de los bosques y selvas están en los territorios de pueblos y naciones indígenas, comunidades campesinas y tradicionales.
Condenamos los mecanismos de mercado, como el mecanismo de REDD (Reducción de emisiones por la deforestación y degradación de bosques) y sus versiones + y ++, que está violando la soberanía de los Pueblos y su derecho al consentimiento libre, previo e informado, así como a la soberanía de Estados nacionales, y viola los derechos, usos y costumbres de los Pueblos y los Derechos de la Naturaleza.
Los países contaminadores están obligados a transferir de manera directa los recursos económicos y tecnológicos para pagar la restauración y mantenimiento de los bosques y selvas, en favor de los pueblos y estructuras orgánicas ancestrales indígenas, originarias, campesinas. Esto deberá ser una compensación directa y adicional a las fuentes de financiamiento comprometidas por los países desarrollados, fuera del mercado de carbono y nunca sirviendo como las compensaciones de carbono (offsets). Demandamos a los países a detener las iniciativas locales en bosques y selvas basados en mecanismos de mercado y que proponen resultados inexistentes y condicionados. Exigimos a los gobiernos un programa mundial de restauración de bosques nativos y selvas, dirigido y administrado por los pueblos, implementando semillas forestales, frutales y de flora autóctona. Los gobiernos deben eliminar las concesiones forestales y apoyar la conservación del petróleo bajo la tierra y que se detenga urgentemente la explotación de hidrocarburos en las selvas.
Exigimos a los Estados que reconozcan, respeten y garanticen la efectiva aplicación de los estándares internacionales de derechos humanos y los derechos de los Pueblos Indígenas, en particular la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, el Convenio 169 de la OIT, entre otros instrumentos pertinentes, en el marco de las negociaciones, políticas y medidas para resolver los desafíos planteados por el cambio climático. En especial, demandamos a los Estados a que reconozcan jurídicamente la preexistencia del derecho sobre nuestros territorios, tierras y recursos naturales para posibilitar y fortalecer nuestras formas tradicionales de vida y contribuir efectivamente a la solución del cambio climático.
Demandamos la plena y efectiva aplicación del derecho a la consulta, la participación y el consentimiento previo, libre e informado de los Pueblos Indígenas en todos los procesos de negociación así como en el diseño e implementación de las medidas relativas al cambio climático.
En la actualidad la degradación medioambiental y el cambio climático alcanzarán niveles críticos, siendo una de las principales consecuencias la migración interna así como internacional. Según algunas proyecciones en 1995 existían alrededor de 25 millones de migrantes climáticos, al presente se estima en 50 millones y las proyecciones para el año 2050 son de 200 a 1000 millones de personas que serán desplazadas por situaciones derivadas del cambio climático.Los países desarrollados deben asumir la responsabilidad sobre los migrantes climáticos, acogiéndolos en sus territorios y reconociendo sus derechos fundamentales, a través de la firma de convenios internacionales que contemplen la definición de migrante climático para que todos los Estados acaten sus determinaciones.
Constituir un Tribunal Internacional de Conciencia para denunciar, hacer visible, documentar, juzgar y sancionar las violaciones de los derechos de los(s) migrantes, refugiados(as) y desplazados en los países de origen, tránsito y destino, identificando claramente las responsabilidades de los Estados, compañías y otros actores.
El financiamiento actual destinado a los países en desarrollo para cambio climático y la propuesta del Entendimiento de Copenhague son ínfimos. Los países desarrollados deben comprometer un financiamiento anual nuevo, adicional a la Ayuda Oficial al Desarrollo y de fuente pública, de al menos 6% de su PIB para enfrentar el cambio climático en los países en desarrollo. Esto es viable tomando en cuenta que gastan un monto similar en defensa nacional y destinaron 5 veces más para rescatar bancos y especuladores en quiebra, lo que cuestiona seriamente sus prioridades mundiales y su voluntad política. Este financiamiento debe ser directo, sin condicionamiento y no vulnerar la soberanía nacional ni la autodeterminación de las comunidades y grupos más afectados.
En vista de la ineficiencia del mecanismo actual, en la Conferencia de México se debe establecer un nuevo mecanismo de financiamiento que funcione bajo la autoridad de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre cambio Climático rindiendo cuentas a la misma, con una representación significativa de los países en desarrollo para garantizar el cumplimiento de los compromisos de financiamiento de los países Anexo 1.
Se ha constatado que los países desarrollados incrementaron sus emisiones en el periodo 1990 – 2007, no obstante haber manifestado que la reducción se vería sustancialmente coadyuvada con mecanismos de mercado.
El mercado de carbono se ha transformado en un negocio lucrativo, mercantilizando nuestra Madre Tierra, esto no representa una alternativa para afrontar el cambio climático, puesto que saquea, devasta la tierra, el agua e incluso la vida misma.
La reciente crisis financiera ha demostrado que el mercado es incapaz de regular el sistema financiero, que es frágil e inseguro ante la especulación y la aparición de agentes intermediarios, por lo tanto, sería una total irresponsabilidad dejar en sus manos el cuidado y protección de la propia existencia humana y de nuestra Madre Tierra.
Consideramos inadmisible que las negociaciones en curso pretendan la creación de nuevos mecanismos que amplíen y promuevan el mercado de carbono toda vez que los mecanismos existentes nunca resolvieron el problema del Cambio Climático ni se transformaron en acciones reales y directas en la reducción de gases de efecto invernadero.
Es imprescindible exigir el cumplimento de los compromisos asumidos por los países desarrollados en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático respecto al desarrollo y transferencia de tecnología, así como rechazar la “vitrina tecnológica” propuesta por países desarrollados que solamente comercializan la tecnología. Es fundamental establecer los lineamientos para crear un mecanismo multilateral y multidisciplinario para el control participativo, la gestión y la evaluación continua del intercambio de tecnologías. Estas tecnologías deben ser útiles, limpias, y socialmente adecuadas. De igual manera es fundamental el establecimiento de un fondo de financiamiento e inventario de tecnologías apropiadas y liberadas de derechos de propiedad intelectual, en particular, de patentes que deben pasar de monopolios privados a ser de dominio público, de libre accesibilidad y bajo costo.
El conocimiento es universal, y por ningún motivo puede ser objeto de propiedad privada y de utilización privativa, como tampoco sus aplicaciones en forma de tecnologías. Es deber de los países desarrollados compartir su tecnología con países en desarrollo, crear centros de investigación para la creación de tecnologías e innovaciones propias, así como defender e impulsar su desarrollo y aplicación para el vivir bien. El mundo debe recuperar, aprender, reaprender los principios y enfoques del legado ancestral de sus pueblos originarios para detener la destrucción del planeta, así como los conocimientos y prácticas ancestrales y recuperación de la espiritualidad en la reinserción del vivir bien juntamente con la Madre Tierra.
Considerando la falta de voluntad política de los países desarrollados para cumplir de manera efectiva sus compromisos y obligaciones asumidos en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kioto, y frente a la inexistencia de una instancia legal internacional que prevenga y sancione todos aquellos delitos y crímenes climáticos y ambientales que atenten contra los derechos de la Madre Tierra y la humanidad, demandamos la creación de un Tribunal Internacional de Justicia Climática y Ambiental que tenga la capacidad jurídica vinculante de prevenir, juzgar y sancionar a los Estados, las Empresas y personas que por acción u omisión contaminen y provoquen el cambio climático.
Respaldar a los Estados que presenten demandas en la Corte Internacional de Justicia contra los países desarrollados que no cumplen con sus compromisos bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kioto incluyendo sus compromisos de reducción de gases de efecto invernadero.
Instamos a los pueblos a proponer y promover una profunda reforma de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para que todos sus Estados miembros cumplan las decisiones del Tribunal Internacional de Justicia Climática y Ambiental.
El futuro de la humanidad está en peligro y no podemos aceptar que un grupo de gobernantes de países desarrollados quieran definir por todos los países como lo intentaron hacer infructuosamente en la Conferencia de las Partes de Copenhague. Esta decisión nos compete a todos los pueblos. Por eso es necesaria la realización de un Referéndum Mundial, plebiscito o consulta popular, sobre el cambio Climático en el cuál todos seamos consultados sobre: el nivel de reducciones de emisiones que deben hacer los países desarrollados y las empresas transnacionales; el financiamiento que deben proveer los países desarrollados; la creación de un Tribunal Internacional de Justicia Climática; la necesidad de una Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra y; la necesidad de cambiar el actual sistema capitalista.
El proceso del Referéndum Mundial, plebiscito o consulta popular será fruto de un proceso de preparación que asegure el desarrollo exitoso del mismo.
Con el fin de coordinar nuestro accionar internacional e implementar los resultados del presente “Acuerdo de los Pueblos” llamamos a construir un Movimiento Mundial de los Pueblos por la Madre Tierra que se basará en los principios de complementariedad y respeto a la diversidad de origen y visiones de sus integrantes, constituyéndose en un espacio amplio y democrático de coordinación y articulación de acciones a nivel mundial.
Con tal propósito, adoptamos el plan de acción mundial adjunto para que en México los países desarrollados del Anexo 1 respeten el marco legal vigente y reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 50 % y se asuman las diferentes propuestas contenidas en este Acuerdo.
Finalmente, acordamos realizar la 2ª Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra en el 2011 como parte de este proceso de construcción del Movimiento Mundial de los Pueblos por la Madre Tierra y para reaccionar frente a los resultados de la Conferencia de Cambio Climático que se realizará a fines de año en Cancún, México
ACUERDO DE LOS PUEBLOS
Hoy, nuestra Madre Tierra está herida y el futuro de la humanidad está en peligro.
De incrementarse el calentamiento global en más de 2º C, a lo que nos conduciría el llamado “Entendimiento de Copenhague” existe el 50% de probabilidades de que los daños provocados a nuestra Madre Tierra sean totalmente irreversibles. Entre un 20% y un 30% de las especies estaría en peligro de desaparecer. Grandes extensiones de bosques serían afectadas, las sequías e inundaciones afectarían diferentes regiones del planeta, se extenderían los desiertos y se agravaría el derretimiento de los polos y los glaciares en los Andes y los Himalayas. Muchos Estados insulares desaparecerían y el África sufriría un incremento de la temperatura de más de 3º C. Así mismo, se reduciría la producción de alimentos en el mundo con efectos catastróficos para la supervivencia de los habitantes de vastas regiones del planeta, y se incrementaría de forma dramática el número de hambrientos en el mundo, que ya sobrepasa la cifra de 1.020 millones de personas.
Las corporaciones y los gobiernos de los países denominados “más desarrollados”, en complicidad con un segmento de la comunidad científica, nos ponen a discutir el cambio climático como un problema reducido a la elevación de la temperatura sin cuestionar la causa que es el sistema capitalista.
Confrontamos la crisis terminal del modelo civilizatorio patriarcal basado en el sometimiento y destrucción de seres humanos y naturaleza que se aceleró con la revolución industrial.
El sistema capitalista nos ha impuesto una lógica de competencia, progreso y crecimiento ilimitado. Este régimen de producción y consumo busca la ganancia sin límites, separando al ser humano de la naturaleza, estableciendo una lógica de dominación sobre ésta, convirtiendo todo en mercancía: el agua, la tierra, el genoma humano, las culturas ancestrales, la biodiversidad, la justicia, la ética, los derechos de los pueblos, la muerte y la vida misma.
Bajo el capitalismo, la Madre Tierra se convierte en fuente sólo de materias primas y los seres humanos en medios de producción y consumidores, en personas que valen por lo que tienen y no por lo que son.
El capitalismo requiere una potente industria militar para su proceso de acumulación y el control de territorios y recursos naturales, reprimiendo la resistencia de los pueblos. Se trata de un sistema imperialista de colonización del planeta.
La humanidad está frente a una gran disyuntiva: continuar por el camino del capitalismo, la depredación y la muerte, o emprender el camino de la armonía con la naturaleza y el respeto a la vida.
Requerimos forjar un nuevo sistema que restablezca la armonía con la naturaleza y entre los seres humanos. Sólo puede haber equilibrio con la naturaleza si hay equidad entre los seres humanos.
Planteamos a los pueblos del mundo la recuperación, revalorización y fortalecimiento de los conocimientos, sabidurías y prácticas ancestrales de los Pueblos Indígenas, afirmados en la vivencia y propuesta de “Vivir Bien”, reconociendo a la Madre Tierra como un ser vivo, con el cual tenemos una relación indivisible, interdependiente, complementaria y espiritual.
Para enfrentar el cambio climático debemos reconocer a la Madre Tierra como la fuente de la vida y forjar un nuevo sistema basado en los principios de:
armonía y equilibrio entre todos y con todo
complementariedad, solidaridad, y equidad
bienestar colectivo y satisfacción de las necesidades fundamentales de todos en armonía con la Madre Tierra
respeto a los Derechos de la Madre Tierra y a los Derechos Humanos
reconocimiento del ser humano por lo que es y no por lo que tiene
eliminación de toda forma de colonialismo, imperialismo e intervencionismo
paz entre los pueblos y con la Madre Tierra.
El modelo que propugnamos no es de desarrollo destructivo ni ilimitado. Los países necesitan producir bienes y servicios para satisfacer las necesidades fundamentales de su población, pero de ninguna manera pueden continuar por este camino de desarrollo en el cual los países más ricos tienen una huella ecológica 5 veces más grande de lo que el planeta es capaz de soportar. En la actualidad ya se ha excedido en más de un 30% la capacidad del planeta para regenerarse. A este ritmo de sobreexplotación de nuestra Madre Tierra se necesitarían 2 planetas para el 2030.
En un sistema interdependiente del cual los seres humanos somos uno de sus componentes no es posible reconocer derechos solamente a la parte humana sin provocar un desequilibrio en todo el sistema. Para garantizar los derechos humanos y restablecer la armonía con la naturaleza es necesario reconocer y aplicar efectivamente los derechos de la Madre Tierra.
Para ello proponemos el proyecto adjunto de Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra en el cual se consignan:
Derecho a la vida y a existir;
Derecho a ser respetada;
Derecho a la regeneración de su biocapacidad y continuación de sus ciclos y procesos vitales libre de alteraciones humanas;
Derecho a mantener su identidad e integridad como seres diferenciados, auto-regulados e interrelacionados;
Derecho al agua como fuente de vida;
Derecho al aire limpio;
Derecho a la salud integral;
Derecho a estar libre de la contaminación y polución, de desechos tóxicos y radioactivos;
Derecho a no ser alterada genéticamente y modificada en su estructura amenazando su integridad o funcionamiento vital y saludable.
Derecho a una restauración plena y pronta por las violaciones a los derechos reconocidos en esta Declaración causados por las actividades humanas.
La visión compartida es estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero para hacer efectivo el Artículo 2 de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático que determina “la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropogénicas peligrosas para el sistema climático”. Nuestra visión es, sobre la base del principio de las responsabilidades históricas comunes pero diferenciadas, exigir que los países desarrollados se comprometan con metas cuantificadas de reducción de emisiones que permitan retornar las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a 300 ppm y así, limitar el incremento de la temperatura media global a un nivel máximo de 1°C.
Enfatizando la necesidad de acción urgente para lograr esta visión, y con el apoyo de los pueblos, movimientos y países, los países desarrollados deberán comprometerse con metas ambiciosas de reducción de emisiones que permitan alcanzar objetivos a corto plazo, manteniendo nuestra visión a favor del equilibrio del sistema climático de la Tierra, de acuerdo al objetivo último de la Convención.
La “visión compartida” para la “Acción Cooperativa a Largo Plazo” no debe reducirse en la negociación de cambio climático a definir el límite en el incremento de la temperatura y la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, sino que debe comprender de manera integral y equilibrada un conjunto de medidas financieras, tecnológicas, de adaptación, de desarrollo de capacidades, de patrones de producción, consumo y otras esenciales como el reconocimiento de los derechos de la Madre Tierra para restablecer la armonía con la naturaleza.
Los países desarrollados, principales causantes del cambio climático, asumiendo su responsabilidad histórica y actual, deben reconocer y honrar su deuda climática en todas sus dimensiones, como base para una solución justa, efectiva y científica al cambio climático. En este marco exigimos a los países desarrollados que:
Restablezcan a los países en desarrollo el espacio atmosférico que está ocupado por sus emisiones de gases de efecto invernadero. Esto implica la descolonización de la atmósfera mediante la reducción y absorción de sus emisiones.
Asuman los costos y las necesidades de transferencia de tecnología de los países en desarrollo por la pérdida de oportunidades de desarrollo por vivir en un espacio atmosférico restringido.
Se hagan responsables por los cientos de millones que tendrán que migrar por el cambio climático que han provocado y que eliminen sus políticas restrictivas de migración y ofrezcan a los migrantes una vida digna y con todos los derechos en sus países.
Asuman la deuda de adaptación relacionadas a los impactos del cambio climático en los países en desarrollo proveyendo los medios para prevenir, minimizar y atender los daños que surgen de sus excesivas emisiones.
Honren estas deudas como parte de una deuda mayor con la Madre Tierra adoptando y aplicando la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra en las Naciones Unidas.
El enfoque debe ser no solamente de compensación económica, sino principalmente de justicia restaurativa – es decir restituyendo la integridad a las personas y a los miembros que forman una comunidad de vida en la Tierra.
Deploramos el intento de un grupo de países de anular el Protocolo de Kioto el único instrumento legalmente vinculante específico para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de los países desarrollados.
Advertimos al mundo que no obstante estar obligados legalmente las emisiones de los países desarrollados en lugar de reducir, crecieron en un 11,2% entre 1990 y 2007.
Estados Unidos a causa del consumo ilimitado aumentó sus emisiones de GEI en 16,8% durante el periodo 1990 al 2007, emitiendo como promedio entre 20 y 23 toneladas anuales de CO2 por habitante, lo que representa más de 9 veces las emisiones correspondientes a un habitante promedio del Tercer Mundo, y más de 20 veces las emisiones de un habitante de África Subsahariana.
Rechazamos de manera absoluta el ilegitimo “Entendimiento de Copenhague”, que permite a estos países desarrollados ofertar reducciones insuficientes de gases de efecto invernadero, basadas en compromisos voluntarios e individuales, que violan la integridad ambiental de la Madre Tierra conduciéndonos a un aumento de alrededor de 4ºC.
La próxima Conferencia sobre Cambio Climático a realizarse a fines de año en México debe aprobar la enmienda al Protocolo de Kioto, para el segundo período de compromisos a iniciarse en 2013 a 2017 en el cual los países desarrollados deben comprometer reducciones domésticas significativas de al menos el 50% respecto al año base de 1990 sin incluir mercados de carbono u otros sistemas de desviación que enmascaran el incumplimiento de las reducciones reales de emisiones de gases de efecto invernadero.
Requerimos establecer primero una meta para el conjunto de los países desarrollados para luego realizar la asignación individual para cada país desarrollado en el marco de una comparación de esfuerzos entre cada uno de ellos, manteniendo así el sistema del Protocolo de Kioto para las reducciones de las emisiones.
Los Estados Unidos de América, en su carácter de único país de la Tierra del Anexo 1 que no ratificó el Protocolo de Kioto tiene una responsabilidad significativa ante todos los pueblos del mundo por cuanto debe ratificar el Protocolo de Kioto y comprometerse a respetar y dar cumplimiento a los objetivos de reducción de emisiones a escala de toda su economía.
Los pueblos tenemos los mismos derechos de protección ante los impactos del cambio climático y rechazamos la noción de adaptación al cambio climático entendida como la resignación a los impactos provocados por las emisiones históricas de los países desarrollados, quienes deben adaptar sus estilos de vida y de consumo ante esta emergencia planetaria. Nos vemos forzados a enfrentar los impactos del cambio climático, considerando la adaptación como un proceso y no como una imposición, y además como herramienta que sirva para contrarrestarlos, demostrando que es posible vivir en armonía bajo un modelo de vida distinto.
Es necesario construir un Fondo de Adaptación, como un fondo exclusivo para enfrentar el cambio climático como parte de un mecanismo financiero manejado y conducido de manera soberana, transparente y equitativa por nuestros Estados. Bajo este Fondo se debe valorar: los impactos y sus costos en países en desarrollo y las necesidades que estos impactos deriven, y registrar y monitorear el apoyo por parte de países desarrollados. Éste debe manejar además un mecanismo para el resarcimiento por daños por impactos ocurridos y futuros, por pérdida de oportunidades y la reposición por eventos climáticos extremos y graduales, y costos adicionales que podrían presentarse si nuestro planeta sobrepasa los umbrales ecológicos así como aquellos impactos que están frenando el derecho a Vivir Bien.
El “Entendimiento de Copenhague” impuesto sobre los países en desarrollo por algunos Estados, más allá de ofertar recursos insuficientes, pretende en si mismo dividir y enfrentar a los pueblos y pretende extorsionar a los países en desarrollo condicionando el acceso a recursos de adaptación a cambio de medidas de mitigación. Adicionalmente se establece como inaceptable que en los procesos de negociación internacional se intente categorizar a los países en desarrollo por su vulnerabilidad al cambio climático, generando disputas, desigualdades y segregaciones entre ellos.
El inmenso desafío que enfrentamos como humanidad para detener el calentamiento global y enfriar el planeta sólo se logrará llevando adelante una profunda transformación en la agricultura hacia un modelo sustentable de producción agrícola campesino e indígena/originario, y otros modelos y prácticas ancestrales ecológicas que contribuyan a solucionar el problema del cambio climático y aseguren la Soberanía Alimentaria, entendida como el derecho de los pueblos a controlar sus propias semillas, tierras, agua y la producción de alimentos, garantizando, a través de una producción en armonía con la Madre Tierra, local y culturalmente apropiada, el acceso de los pueblos a alimentos suficientes, variados y nutritivos en complementación con la Madre Tierra y profundizando la producción autónoma (participativa, comunitaria y compartida) de cada nación y pueblo.
El Cambio Climático ya está produciendo profundos impactos sobre la agricultura y los modos de vida de los pueblos indígenas/originarios y campesinos del mundo y estos impactos se irán agravando en el futuro.
El agro negocio a través de su modelo social, económico y cultural de producción capitalista globalizada y su lógica de producción de alimentos para el mercado y no para cumplir con el derecho a la alimentación, es una de las causas principales del cambio climático. Sus herramientas tecnológicas, comerciales y políticas no hacen más que profundizar la crisis climática e incrementar el hambre en el planeta. Por esta razón rechazamos los Tratados de Libre Comercio y Acuerdos de Asociación y toda forma de aplicación de los Derechos de Propiedad Intelectual sobre la vida, los paquetes tecnológicos actuales (agroquímicos, transgénicos) y aquellos que se ofrecen como falsas soluciones (agrocombustibles, geoingeniería, nanotecnología, tecnología Terminator y similares) que únicamente agudizarán la crisis actual.
Al mismo tiempo denunciamos como este modelo capitalista impone megaproyectos de infraestructura, invade territorios con proyectos extractivistas, privatiza y mercantiliza el agua y militariza los territorios expulsando a los pueblos indígenas y campesinos de sus territorios, impidiendo la Soberanía Alimentaria y profundizando la crisis socioambiental.
Exigimos reconocer el derecho de todos los pueblos, los seres vivos y la Madre Tierra a acceder y gozar del agua y apoyamos la propuesta del Gobierno de Bolivia para reconocer al agua como un Derecho Humano Fundamental.
La definición de bosque utilizada en las negociaciones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, la cual incluye plantaciones, es inaceptable. Los monocultivos no son bosques. Por lo tanto, exigimos una definición para fines de negociación que reconozca los bosques nativos y la selva y la diversidad de los ecosistemas de la tierra.
La Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas debe ser plenamente reconocida, implementada e integrada en las negociaciones de cambio climático. La mejor estrategia y acción para evitar la deforestación y degradación y proteger los bosques nativos y la selva es reconocer y garantizar los derechos colectivos de las tierras y territorios considerando especialmente que la mayoría de los bosques y selvas están en los territorios de pueblos y naciones indígenas, comunidades campesinas y tradicionales.
Condenamos los mecanismos de mercado, como el mecanismo de REDD (Reducción de emisiones por la deforestación y degradación de bosques) y sus versiones + y ++, que está violando la soberanía de los Pueblos y su derecho al consentimiento libre, previo e informado, así como a la soberanía de Estados nacionales, y viola los derechos, usos y costumbres de los Pueblos y los Derechos de la Naturaleza.
Los países contaminadores están obligados a transferir de manera directa los recursos económicos y tecnológicos para pagar la restauración y mantenimiento de los bosques y selvas, en favor de los pueblos y estructuras orgánicas ancestrales indígenas, originarias, campesinas. Esto deberá ser una compensación directa y adicional a las fuentes de financiamiento comprometidas por los países desarrollados, fuera del mercado de carbono y nunca sirviendo como las compensaciones de carbono (offsets). Demandamos a los países a detener las iniciativas locales en bosques y selvas basados en mecanismos de mercado y que proponen resultados inexistentes y condicionados. Exigimos a los gobiernos un programa mundial de restauración de bosques nativos y selvas, dirigido y administrado por los pueblos, implementando semillas forestales, frutales y de flora autóctona. Los gobiernos deben eliminar las concesiones forestales y apoyar la conservación del petróleo bajo la tierra y que se detenga urgentemente la explotación de hidrocarburos en las selvas.
Exigimos a los Estados que reconozcan, respeten y garanticen la efectiva aplicación de los estándares internacionales de derechos humanos y los derechos de los Pueblos Indígenas, en particular la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, el Convenio 169 de la OIT, entre otros instrumentos pertinentes, en el marco de las negociaciones, políticas y medidas para resolver los desafíos planteados por el cambio climático. En especial, demandamos a los Estados a que reconozcan jurídicamente la preexistencia del derecho sobre nuestros territorios, tierras y recursos naturales para posibilitar y fortalecer nuestras formas tradicionales de vida y contribuir efectivamente a la solución del cambio climático.
Demandamos la plena y efectiva aplicación del derecho a la consulta, la participación y el consentimiento previo, libre e informado de los Pueblos Indígenas en todos los procesos de negociación así como en el diseño e implementación de las medidas relativas al cambio climático.
En la actualidad la degradación medioambiental y el cambio climático alcanzarán niveles críticos, siendo una de las principales consecuencias la migración interna así como internacional. Según algunas proyecciones en 1995 existían alrededor de 25 millones de migrantes climáticos, al presente se estima en 50 millones y las proyecciones para el año 2050 son de 200 a 1000 millones de personas que serán desplazadas por situaciones derivadas del cambio climático.Los países desarrollados deben asumir la responsabilidad sobre los migrantes climáticos, acogiéndolos en sus territorios y reconociendo sus derechos fundamentales, a través de la firma de convenios internacionales que contemplen la definición de migrante climático para que todos los Estados acaten sus determinaciones.
Constituir un Tribunal Internacional de Conciencia para denunciar, hacer visible, documentar, juzgar y sancionar las violaciones de los derechos de los(s) migrantes, refugiados(as) y desplazados en los países de origen, tránsito y destino, identificando claramente las responsabilidades de los Estados, compañías y otros actores.
El financiamiento actual destinado a los países en desarrollo para cambio climático y la propuesta del Entendimiento de Copenhague son ínfimos. Los países desarrollados deben comprometer un financiamiento anual nuevo, adicional a la Ayuda Oficial al Desarrollo y de fuente pública, de al menos 6% de su PIB para enfrentar el cambio climático en los países en desarrollo. Esto es viable tomando en cuenta que gastan un monto similar en defensa nacional y destinaron 5 veces más para rescatar bancos y especuladores en quiebra, lo que cuestiona seriamente sus prioridades mundiales y su voluntad política. Este financiamiento debe ser directo, sin condicionamiento y no vulnerar la soberanía nacional ni la autodeterminación de las comunidades y grupos más afectados.
En vista de la ineficiencia del mecanismo actual, en la Conferencia de México se debe establecer un nuevo mecanismo de financiamiento que funcione bajo la autoridad de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre cambio Climático rindiendo cuentas a la misma, con una representación significativa de los países en desarrollo para garantizar el cumplimiento de los compromisos de financiamiento de los países Anexo 1.
Se ha constatado que los países desarrollados incrementaron sus emisiones en el periodo 1990 – 2007, no obstante haber manifestado que la reducción se vería sustancialmente coadyuvada con mecanismos de mercado.
El mercado de carbono se ha transformado en un negocio lucrativo, mercantilizando nuestra Madre Tierra, esto no representa una alternativa para afrontar el cambio climático, puesto que saquea, devasta la tierra, el agua e incluso la vida misma.
La reciente crisis financiera ha demostrado que el mercado es incapaz de regular el sistema financiero, que es frágil e inseguro ante la especulación y la aparición de agentes intermediarios, por lo tanto, sería una total irresponsabilidad dejar en sus manos el cuidado y protección de la propia existencia humana y de nuestra Madre Tierra.
Consideramos inadmisible que las negociaciones en curso pretendan la creación de nuevos mecanismos que amplíen y promuevan el mercado de carbono toda vez que los mecanismos existentes nunca resolvieron el problema del Cambio Climático ni se transformaron en acciones reales y directas en la reducción de gases de efecto invernadero.
Es imprescindible exigir el cumplimento de los compromisos asumidos por los países desarrollados en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático respecto al desarrollo y transferencia de tecnología, así como rechazar la “vitrina tecnológica” propuesta por países desarrollados que solamente comercializan la tecnología. Es fundamental establecer los lineamientos para crear un mecanismo multilateral y multidisciplinario para el control participativo, la gestión y la evaluación continua del intercambio de tecnologías. Estas tecnologías deben ser útiles, limpias, y socialmente adecuadas. De igual manera es fundamental el establecimiento de un fondo de financiamiento e inventario de tecnologías apropiadas y liberadas de derechos de propiedad intelectual, en particular, de patentes que deben pasar de monopolios privados a ser de dominio público, de libre accesibilidad y bajo costo.
El conocimiento es universal, y por ningún motivo puede ser objeto de propiedad privada y de utilización privativa, como tampoco sus aplicaciones en forma de tecnologías. Es deber de los países desarrollados compartir su tecnología con países en desarrollo, crear centros de investigación para la creación de tecnologías e innovaciones propias, así como defender e impulsar su desarrollo y aplicación para el vivir bien. El mundo debe recuperar, aprender, reaprender los principios y enfoques del legado ancestral de sus pueblos originarios para detener la destrucción del planeta, así como los conocimientos y prácticas ancestrales y recuperación de la espiritualidad en la reinserción del vivir bien juntamente con la Madre Tierra.
Considerando la falta de voluntad política de los países desarrollados para cumplir de manera efectiva sus compromisos y obligaciones asumidos en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kioto, y frente a la inexistencia de una instancia legal internacional que prevenga y sancione todos aquellos delitos y crímenes climáticos y ambientales que atenten contra los derechos de la Madre Tierra y la humanidad, demandamos la creación de un Tribunal Internacional de Justicia Climática y Ambiental que tenga la capacidad jurídica vinculante de prevenir, juzgar y sancionar a los Estados, las Empresas y personas que por acción u omisión contaminen y provoquen el cambio climático.
Respaldar a los Estados que presenten demandas en la Corte Internacional de Justicia contra los países desarrollados que no cumplen con sus compromisos bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kioto incluyendo sus compromisos de reducción de gases de efecto invernadero.
Instamos a los pueblos a proponer y promover una profunda reforma de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para que todos sus Estados miembros cumplan las decisiones del Tribunal Internacional de Justicia Climática y Ambiental.
El futuro de la humanidad está en peligro y no podemos aceptar que un grupo de gobernantes de países desarrollados quieran definir por todos los países como lo intentaron hacer infructuosamente en la Conferencia de las Partes de Copenhague. Esta decisión nos compete a todos los pueblos. Por eso es necesaria la realización de un Referéndum Mundial, plebiscito o consulta popular, sobre el cambio Climático en el cuál todos seamos consultados sobre: el nivel de reducciones de emisiones que deben hacer los países desarrollados y las empresas transnacionales; el financiamiento que deben proveer los países desarrollados; la creación de un Tribunal Internacional de Justicia Climática; la necesidad de una Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra y; la necesidad de cambiar el actual sistema capitalista.
El proceso del Referéndum Mundial, plebiscito o consulta popular será fruto de un proceso de preparación que asegure el desarrollo exitoso del mismo.
Con el fin de coordinar nuestro accionar internacional e implementar los resultados del presente “Acuerdo de los Pueblos” llamamos a construir un Movimiento Mundial de los Pueblos por la Madre Tierra que se basará en los principios de complementariedad y respeto a la diversidad de origen y visiones de sus integrantes, constituyéndose en un espacio amplio y democrático de coordinación y articulación de acciones a nivel mundial.
Con tal propósito, adoptamos el plan de acción mundial adjunto para que en México los países desarrollados del Anexo 1 respeten el marco legal vigente y reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 50 % y se asuman las diferentes propuestas contenidas en este Acuerdo.
Finalmente, acordamos realizar la 2ª Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra en el 2011 como parte de este proceso de construcción del Movimiento Mundial de los Pueblos por la Madre Tierra y para reaccionar frente a los resultados de la Conferencia de Cambio Climático que se realizará a fines de año en Cancún, México
Un blog al cual hay que seguir
http://madalbo.blogspot.com/
Este sitio web tiene importantes noticias y comentarios acerca del tema climático, También crítica acerca de las actividades y políticas ambientales del gobierno de Boliviano. Hacia una verdadera conciencia ecológica más allá de los meros discursos y la utilización del tema como una simple pancarta propagandista, electoralista.
Este sitio web tiene importantes noticias y comentarios acerca del tema climático, También crítica acerca de las actividades y políticas ambientales del gobierno de Boliviano. Hacia una verdadera conciencia ecológica más allá de los meros discursos y la utilización del tema como una simple pancarta propagandista, electoralista.
sábado, 11 de septiembre de 2010
Entrevista: China hacia Cancún; Pablo Solón
26-08-10 Por Cambio
En la próxima ronda de negociaciones de cambio climático, a realizarse en octubre en China, negociaremos párrafo por párrafo para buscar acercamientos entre las diferentes propuestas que están ahora en el texto de negociación. El corazón de la negociación es en cuanto van a reducir los países desarrollados sus emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos años para limitar el incremento de la temperatura que estamos viviendo en todo el planeta. Bolivia plantea estabilizar el incremento de la temperatura en 1º C y afirma que las reducciones de emisiones de los países desarrollados tienen que ser superiores al 50% hasta 2017 dentro de sus propias fronteras y sin mercados de carbono que traspasan su responsabilidad a los países en vías de desarrollo.
Entrevista de Cambio al embajador de Bolivia ante la ONU, Pablo Solón
Tras la ‘batalla’ ganada ante la ONU el 6 de agosto, que permitió que Bolivia logre la inserción de más de 13 puntos del documento elaborado en la Cumbre de Tiquipaya, el embajador de Bolivia ante la ONU, Pablo Solón, se apresta a defender la demanda de los pueblos en una reunión preliminar a la de Cancún en China. Antes de su viaje conversó con Cambio.
—Tras la inclusión de gran parte de las conclusiones de la Conferencia Mundial de los Pueblos Sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra (CMPCC), realizada en Tiquipaya-Cochabamba en abril de este año, en el documento que será ajustado en China rumbo a Cancún, ¿cómo se ve el horizonte de las negociaciones?
En la próxima ronda de negociaciones de cambio climático, a realizarse a principios de octubre en China, entraremos a una negociación párrafo por párrafo para buscar acercamientos entre las diferentes propuestas que están ahora en el texto de negociación.
El corazón de la negociación es en cuanto van a reducir los países desarrollados sus emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos años para limitar el incremento de la temperatura que estamos viviendo en todo el planeta.
—¿Cuáles son las propuestas sobre el tema de la reducción de gases nocivos?
Los países desarrollados dicen que la meta es limitar el incremento de la temperatura a 2º C. Actualmente el incremento de la temperatura promedio mundial es de 0,8º C comparada con la época preindustrial. Una gran cantidad de países no están de acuerdo con esa meta que triplicaría los desastres naturales que ya sufrimos. Muchos de nuestros glaciares desaparecerían y varios países insulares quedarían bajo el agua.
Pero lo que hace aun más complicada la negociación es que las ofertas de reducción de los países desarrollados hasta el 2020 llevarían a un incremento de la temperatura de más de 3º a 4º C, lo que sería catastrófico para la vida y la Madre Tierra. En otras palabras, las emisiones que los países desarrollados ni siquiera guarda relación con la meta que plantean de los 2º C.
Bolivia plantea estabilizar el incremento de la temperatura en 1º C y afirma que las reducciones de emisiones de los países desarrollados tienen que ser superiores al 50% hasta 2017 dentro de sus propias fronteras y sin mercados de carbono que traspasan su responsabilidad a los países en vías de desarrollo.
Actualmente, las reducciones de emisiones que plantean los países desarrollados están entre un 13 y un 18%, con ayuda de mecanismos de mercado y una serie de flexibilidades que en la realidad hacen que esa reducción no sea sino del 2% tomando en cuanto las emisiones de gases de efecto invernadero que habían el año 1990.
—¿Cómo lograr un resultado satisfactorio en Cancún?
La única forma de que los países desarrollados aumenten sus ofertas de reducción de gases de efecto invernadero para Cancún es que haya una gran presión de los pueblos a nivel mundial. Sin esa presión, lo que puede ocurrir es que en Cancún se adopten una serie de medidas que interesan a las grandes empresas y entidades financieras como los nuevos mecanismos de mercado y la mercantilización y privatización de los bosques, pero que el tema central de una reducción sustantiva de emisiones por parte de los países desarrollados se postergue para Sudáfrica a fines de 2011, donde se realizará la XVII Conferencia de Cambio Climático.
La Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra ha contribuido enormemente a la construcción de un gran movimiento social a escala mundial que exige verdaderas soluciones al tema del cambio climático.
—¿Qué ha pasado con las otras propuestas de la conferencia de Tiquipaya?
También han sido incluidas en el texto de negociación el Tribunal Internacional de Justicia Climática, los Derechos de la Madre Tierra, la necesidad de remover los obstáculos de propiedad intelectual para una efectiva transferencia de Tecnología a los países en vías de desarrollo, la necesidad de un financiamiento equivalente al 6% del Producto Nacional Bruto de los países desarrollados para atender los problemas del cambio climático, garantizar los derechos de los pueblos indígenas, de los migrantes climáticos y los derechos humanos en todas las medidas de respuesta al cambio climático.
Es necesario aclarar que han sido incluidas, pero no todavía acordadas. Ese es el trabajo que tenemos de aquí a Cancún.
—¿Es posible que en Cancún se busque nuevamente imponer un documento que no fue acordado por los 192 países, como se intentó hacer en Copenhague?
Lamentablemente ese peligro está latente. Algunas delegaciones están sugiriendo que un grupo reducido de representantes debería elaborar una propuesta más resumida para ser adoptada en Cancún. A titulo de efectividad hay quienes buscan secuestrar el proceso de negociación que es de 192 países para que solamente algunos participen en la redacción del documento final de Cancún. Bolivia y una gran cantidad de países en vías de desarrollo estamos vigilantes para impedir un nuevo intento de golpe como el que intentaron hacer en Copenhague.
—Se ha elogiado la ardua tarea de lograr que la ONU reconozca la agenda de Tiquipaya. ¿Cuál es el secreto de la diplomacia de los pueblos para llegar a visibilizar sus propuestas?
Primero, hacer que el proceso de negociación sea entendible para quienes no son negociadores. Segundo, recoger las propuestas que surgen de los propios movimientos sociales y los pueblos. Tercero, construir alianzas con la mayor cantidad de países para ir defendiendo estas propuestas. Y cuarto, apelar siempre a la organización y movilización de los pueblos para defender estas propuestas.
—¿Cuáles son las perspectivas de lograr que se tome en cuenta la creación urgente del Tribunal de Justicia Climática?
Este es un punto crucial, porque actualmente los mecanismos de cumplimiento de los compromisos que existen en la Convención Marco de Cambio Climático y el Protocolo de Kioto son absolutamente insuficientes dada las enormes consecuencias que tiene para el conjunto de la humanidad el incumplimiento o la no acción por parte de algún país desarrollado.
En general los países desarrollados no apoyan esta iniciativa porque no quieren ser juzgados por sus incumplimientos. De ahí que es necesario promover una gran articulación de los países en vías de desarrollo para que en Cancún se acuerde que es necesario empezar a construir este Tribunal Internacional.
—¿En qué consiste la propuesta del referéndum mundial sobre el cambio climático que el presidente Morales propuso durante la Cumbre de Tiquipaya?
Si los gobiernos fracasan nuevamente en Cancún en llegar a un acuerdo que limite el incremento de la temperatura, entonces nuestra propuesta es que se consulte a los pueblos del mundo. No podemos seguir postergando una definición sobre este tema crucial para la humanidad.
Por eso el presidente Evo Morales ha planteado que se pregunte a los pueblos sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, los derechos de la Madre Tierra, el tribunal internacional de justicia climática, el financiamiento y la necesidad de cambiar el sistema capitalista para salvar la vida y el planeta. En Cancún los movimientos sociales están discutiendo hacer un referéndum piloto que sirva de ensayo para en el año 2011 realizar el plebiscito o la consulta mundial.
—¿De qué manera los bolivianos podemos apoyar la iniciativa de que en Cancún se incluyan las demandas de los pueblos, expresadas en Tiquipaya y ahora reconocidas en un documento previo por la ONU?
Fundiendo las propuestas, promoviendo acciones de organización y concienciación, acompañando y siguiendo las negociaciones (ver www.cmpcc.org), impulsando alianzas y articulaciones con otros movimientos sociales de otros países. En síntesis, participando activamente en la construcción del Movimiento Mundial de los Pueblos por la Madre Tierra, que se acordó en Tiquipaya.
“La única forma de que los países desarrollados aumenten sus ofertas de reducción de gases de efecto invernadero para Cancún es que haya una gran presión de los pueblos a escala mundial”.
Agenda
ONU-BONN. El 6 de agosto, Pablo Solón (en Bonn-Alemania) logró que la ONU incorpore más de 13 demandas de los pueblos.
CHINA. Tianjin, al norte de China, será a principios de octubre el nuevo escenario en el que pulirán el texto acordado en Bonn, rumbo a Cancún.
CANCÚN. La XVI Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP16) se celebrará del 29 de noviembre al 10 de diciembre en Cancún.
“Cancún será una fiesta si atiende las demandas”
El presidente Evo Morales considera que Cancún podría acabar en una fiesta para la humanidad si es que en las negociaciones que se desarrollarán en China, a principios de octubre, se ratifica plenamente la inclusión de las principales conclusiones de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra (CMPCC), realizada en Tiquipaya.
“Si en la segunda ronda de negociaciones, que se realizará en China el próximo mes, se toman en cuenta y aprueban (nuestras propuestas), yo estoy convencido de que Cancún se convertirá en una gran fiesta de gobiernos y pueblos, de pueblos y gobiernos”, señaló luego de conocer que más de 13 propuestas son ahora parte del texto de negociación que el 6 de agosto firmaron los 192 Estados que se congregaron en Bonn, Alemania.
Pablo Solón, el embajador boliviano ante la ONU, explicó que en la mesa de negociaciones en Bonn Bolivia insistió en estabilizar el incremento de la temperatura en 1º C y exigir que las reducciones de emisiones de GEI, de los países desarrollados tienen que ser superiores al 50%; hasta 2017 “dentro de sus propias fronteras y sin mercados de carbono, que traspasan su responsabilidad a los países en vías de desarrollo”. Explicó que hoy en día, “las reducciones de emisiones que plantean los países desarrollados están entre un 13 y un 18%, con ayuda de mecanismos de mercado y una serie de flexibilidades que en la realidad hacen que esa reducción no sea si no del 2%, tomando en cuenta las emisiones de gases de efecto invernadero que habían el año 1990”. Durante una conferencia de prensa en Nueva York, el 11 de agosto, Solón aseguró que en China se buscará “alcanzar consenso sobre la mayoría de los párrafos, dejando los elementos más sustantivos para los últimos 10 días de negociación en Cancún”.
El Gobierno boliviano, a su vez, convocó a los pueblos y gobiernos del mundo a tomar conciencia para defender la Madre Tierra. El presidente Evo Morales pidió “enfriar el planeta” y asumir responsabilidades. Esta semana llegará la canciller de México, Patricia Espinoza, al país para coordinar lo que será la Cumbre de Cancún, donde se espera que asistan entre 15.000 a 20.000 participantes.
Propuestas incluidas en Bonn
Tras intensas negociaciones, las principales conclusiones de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra (Cochabamba, abril de 2010) han sido incorporadas en el documento de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que ahora ha sido reconocido como un texto de negociación por los 192 Estados que se congregaron en Bonn, Alemania, durante la primera semana de agosto de 2010. Los puntos más relevantes que han sido incorporados para su consideración en la próxima ronda de negociación previa a Cancún, que se realizará en China, son:
Reducción. La reducción en un 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero por parte de los países desarrollados para el segundo periodo de compromisos del Protocolo de Kioto del año 2013 a 2017.
Temperatura. Estabilizar el incremento de la temperatura a 1º C y 300 partes por millón de dióxido de carbono en la atmósfera.
Atmósfera. Garantizar una distribución equitativa del espacio atmosférico, tomando en cuenta la deuda climática de emisiones de los países desarrollados para con los países en desarrollo.
DDHH. Pleno respeto a los derechos humanos y a los derechos inherentes de los pueblos indígenas, las mujeres, los niños y los migrantes.
Derechos de los pueblos. Pleno reconocimiento a la Declaración de las Naciones Unidas de los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Madre Tierra. Reconocimiento y defensa de los derechos de la Madre Tierra para alcanzar la armonía con la naturaleza.
Tribunal Internacional de Justicia Climática. Garantizar el cumplimiento de los compromisos de los países desarrollados a través de la constitución de un Tribunal Internacional de Justicia Climática.
Carbono. Rechazo a los nuevos mecanismos de mercado de carbono, que traspasan la responsabilidad de la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero de los países desarrollados a los países en desarrollo.
Consumismo. Promoción de medidas que cambien los patrones de consumo de los países desarrollados.
Propiedad intelectual. Adopción de las medidas necesarias en todos los foros pertinentes para que se excluya de la protección de los derechos de propiedad intelectual a las tecnologías útiles y ecológicamente sostenibles para mitigar el cambio climático.
Aporte Producto interno bruto (PIB/PBI) del mundo. Los países desarrollados destinarán el 6% de su producto nacional bruto para acciones relativas al cambio climático.
Bosques. Manejo integral del bosque para mitigación y adaptación, sin mecanismos de mercado y garantizando la plena participación de los pueblos indígenas y comunidades locales.
Monocultivos. Prohibición de la conversión de los bosques naturales en plantaciones, puesto que las plantaciones de monocultivos no son bosques, sino se debe incentivar la protección y conservación de los bosques naturales. www.ecoportal.net
Cambio (Periódico del Estado Plurinacional Boliviano)
En la próxima ronda de negociaciones de cambio climático, a realizarse en octubre en China, negociaremos párrafo por párrafo para buscar acercamientos entre las diferentes propuestas que están ahora en el texto de negociación. El corazón de la negociación es en cuanto van a reducir los países desarrollados sus emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos años para limitar el incremento de la temperatura que estamos viviendo en todo el planeta. Bolivia plantea estabilizar el incremento de la temperatura en 1º C y afirma que las reducciones de emisiones de los países desarrollados tienen que ser superiores al 50% hasta 2017 dentro de sus propias fronteras y sin mercados de carbono que traspasan su responsabilidad a los países en vías de desarrollo.
Entrevista de Cambio al embajador de Bolivia ante la ONU, Pablo Solón
Tras la ‘batalla’ ganada ante la ONU el 6 de agosto, que permitió que Bolivia logre la inserción de más de 13 puntos del documento elaborado en la Cumbre de Tiquipaya, el embajador de Bolivia ante la ONU, Pablo Solón, se apresta a defender la demanda de los pueblos en una reunión preliminar a la de Cancún en China. Antes de su viaje conversó con Cambio.
—Tras la inclusión de gran parte de las conclusiones de la Conferencia Mundial de los Pueblos Sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra (CMPCC), realizada en Tiquipaya-Cochabamba en abril de este año, en el documento que será ajustado en China rumbo a Cancún, ¿cómo se ve el horizonte de las negociaciones?
En la próxima ronda de negociaciones de cambio climático, a realizarse a principios de octubre en China, entraremos a una negociación párrafo por párrafo para buscar acercamientos entre las diferentes propuestas que están ahora en el texto de negociación.
El corazón de la negociación es en cuanto van a reducir los países desarrollados sus emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos años para limitar el incremento de la temperatura que estamos viviendo en todo el planeta.
—¿Cuáles son las propuestas sobre el tema de la reducción de gases nocivos?
Los países desarrollados dicen que la meta es limitar el incremento de la temperatura a 2º C. Actualmente el incremento de la temperatura promedio mundial es de 0,8º C comparada con la época preindustrial. Una gran cantidad de países no están de acuerdo con esa meta que triplicaría los desastres naturales que ya sufrimos. Muchos de nuestros glaciares desaparecerían y varios países insulares quedarían bajo el agua.
Pero lo que hace aun más complicada la negociación es que las ofertas de reducción de los países desarrollados hasta el 2020 llevarían a un incremento de la temperatura de más de 3º a 4º C, lo que sería catastrófico para la vida y la Madre Tierra. En otras palabras, las emisiones que los países desarrollados ni siquiera guarda relación con la meta que plantean de los 2º C.
Bolivia plantea estabilizar el incremento de la temperatura en 1º C y afirma que las reducciones de emisiones de los países desarrollados tienen que ser superiores al 50% hasta 2017 dentro de sus propias fronteras y sin mercados de carbono que traspasan su responsabilidad a los países en vías de desarrollo.
Actualmente, las reducciones de emisiones que plantean los países desarrollados están entre un 13 y un 18%, con ayuda de mecanismos de mercado y una serie de flexibilidades que en la realidad hacen que esa reducción no sea sino del 2% tomando en cuanto las emisiones de gases de efecto invernadero que habían el año 1990.
—¿Cómo lograr un resultado satisfactorio en Cancún?
La única forma de que los países desarrollados aumenten sus ofertas de reducción de gases de efecto invernadero para Cancún es que haya una gran presión de los pueblos a nivel mundial. Sin esa presión, lo que puede ocurrir es que en Cancún se adopten una serie de medidas que interesan a las grandes empresas y entidades financieras como los nuevos mecanismos de mercado y la mercantilización y privatización de los bosques, pero que el tema central de una reducción sustantiva de emisiones por parte de los países desarrollados se postergue para Sudáfrica a fines de 2011, donde se realizará la XVII Conferencia de Cambio Climático.
La Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra ha contribuido enormemente a la construcción de un gran movimiento social a escala mundial que exige verdaderas soluciones al tema del cambio climático.
—¿Qué ha pasado con las otras propuestas de la conferencia de Tiquipaya?
También han sido incluidas en el texto de negociación el Tribunal Internacional de Justicia Climática, los Derechos de la Madre Tierra, la necesidad de remover los obstáculos de propiedad intelectual para una efectiva transferencia de Tecnología a los países en vías de desarrollo, la necesidad de un financiamiento equivalente al 6% del Producto Nacional Bruto de los países desarrollados para atender los problemas del cambio climático, garantizar los derechos de los pueblos indígenas, de los migrantes climáticos y los derechos humanos en todas las medidas de respuesta al cambio climático.
Es necesario aclarar que han sido incluidas, pero no todavía acordadas. Ese es el trabajo que tenemos de aquí a Cancún.
—¿Es posible que en Cancún se busque nuevamente imponer un documento que no fue acordado por los 192 países, como se intentó hacer en Copenhague?
Lamentablemente ese peligro está latente. Algunas delegaciones están sugiriendo que un grupo reducido de representantes debería elaborar una propuesta más resumida para ser adoptada en Cancún. A titulo de efectividad hay quienes buscan secuestrar el proceso de negociación que es de 192 países para que solamente algunos participen en la redacción del documento final de Cancún. Bolivia y una gran cantidad de países en vías de desarrollo estamos vigilantes para impedir un nuevo intento de golpe como el que intentaron hacer en Copenhague.
—Se ha elogiado la ardua tarea de lograr que la ONU reconozca la agenda de Tiquipaya. ¿Cuál es el secreto de la diplomacia de los pueblos para llegar a visibilizar sus propuestas?
Primero, hacer que el proceso de negociación sea entendible para quienes no son negociadores. Segundo, recoger las propuestas que surgen de los propios movimientos sociales y los pueblos. Tercero, construir alianzas con la mayor cantidad de países para ir defendiendo estas propuestas. Y cuarto, apelar siempre a la organización y movilización de los pueblos para defender estas propuestas.
—¿Cuáles son las perspectivas de lograr que se tome en cuenta la creación urgente del Tribunal de Justicia Climática?
Este es un punto crucial, porque actualmente los mecanismos de cumplimiento de los compromisos que existen en la Convención Marco de Cambio Climático y el Protocolo de Kioto son absolutamente insuficientes dada las enormes consecuencias que tiene para el conjunto de la humanidad el incumplimiento o la no acción por parte de algún país desarrollado.
En general los países desarrollados no apoyan esta iniciativa porque no quieren ser juzgados por sus incumplimientos. De ahí que es necesario promover una gran articulación de los países en vías de desarrollo para que en Cancún se acuerde que es necesario empezar a construir este Tribunal Internacional.
—¿En qué consiste la propuesta del referéndum mundial sobre el cambio climático que el presidente Morales propuso durante la Cumbre de Tiquipaya?
Si los gobiernos fracasan nuevamente en Cancún en llegar a un acuerdo que limite el incremento de la temperatura, entonces nuestra propuesta es que se consulte a los pueblos del mundo. No podemos seguir postergando una definición sobre este tema crucial para la humanidad.
Por eso el presidente Evo Morales ha planteado que se pregunte a los pueblos sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, los derechos de la Madre Tierra, el tribunal internacional de justicia climática, el financiamiento y la necesidad de cambiar el sistema capitalista para salvar la vida y el planeta. En Cancún los movimientos sociales están discutiendo hacer un referéndum piloto que sirva de ensayo para en el año 2011 realizar el plebiscito o la consulta mundial.
—¿De qué manera los bolivianos podemos apoyar la iniciativa de que en Cancún se incluyan las demandas de los pueblos, expresadas en Tiquipaya y ahora reconocidas en un documento previo por la ONU?
Fundiendo las propuestas, promoviendo acciones de organización y concienciación, acompañando y siguiendo las negociaciones (ver www.cmpcc.org), impulsando alianzas y articulaciones con otros movimientos sociales de otros países. En síntesis, participando activamente en la construcción del Movimiento Mundial de los Pueblos por la Madre Tierra, que se acordó en Tiquipaya.
“La única forma de que los países desarrollados aumenten sus ofertas de reducción de gases de efecto invernadero para Cancún es que haya una gran presión de los pueblos a escala mundial”.
Agenda
ONU-BONN. El 6 de agosto, Pablo Solón (en Bonn-Alemania) logró que la ONU incorpore más de 13 demandas de los pueblos.
CHINA. Tianjin, al norte de China, será a principios de octubre el nuevo escenario en el que pulirán el texto acordado en Bonn, rumbo a Cancún.
CANCÚN. La XVI Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP16) se celebrará del 29 de noviembre al 10 de diciembre en Cancún.
“Cancún será una fiesta si atiende las demandas”
El presidente Evo Morales considera que Cancún podría acabar en una fiesta para la humanidad si es que en las negociaciones que se desarrollarán en China, a principios de octubre, se ratifica plenamente la inclusión de las principales conclusiones de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra (CMPCC), realizada en Tiquipaya.
“Si en la segunda ronda de negociaciones, que se realizará en China el próximo mes, se toman en cuenta y aprueban (nuestras propuestas), yo estoy convencido de que Cancún se convertirá en una gran fiesta de gobiernos y pueblos, de pueblos y gobiernos”, señaló luego de conocer que más de 13 propuestas son ahora parte del texto de negociación que el 6 de agosto firmaron los 192 Estados que se congregaron en Bonn, Alemania.
Pablo Solón, el embajador boliviano ante la ONU, explicó que en la mesa de negociaciones en Bonn Bolivia insistió en estabilizar el incremento de la temperatura en 1º C y exigir que las reducciones de emisiones de GEI, de los países desarrollados tienen que ser superiores al 50%; hasta 2017 “dentro de sus propias fronteras y sin mercados de carbono, que traspasan su responsabilidad a los países en vías de desarrollo”. Explicó que hoy en día, “las reducciones de emisiones que plantean los países desarrollados están entre un 13 y un 18%, con ayuda de mecanismos de mercado y una serie de flexibilidades que en la realidad hacen que esa reducción no sea si no del 2%, tomando en cuenta las emisiones de gases de efecto invernadero que habían el año 1990”. Durante una conferencia de prensa en Nueva York, el 11 de agosto, Solón aseguró que en China se buscará “alcanzar consenso sobre la mayoría de los párrafos, dejando los elementos más sustantivos para los últimos 10 días de negociación en Cancún”.
El Gobierno boliviano, a su vez, convocó a los pueblos y gobiernos del mundo a tomar conciencia para defender la Madre Tierra. El presidente Evo Morales pidió “enfriar el planeta” y asumir responsabilidades. Esta semana llegará la canciller de México, Patricia Espinoza, al país para coordinar lo que será la Cumbre de Cancún, donde se espera que asistan entre 15.000 a 20.000 participantes.
Propuestas incluidas en Bonn
Tras intensas negociaciones, las principales conclusiones de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra (Cochabamba, abril de 2010) han sido incorporadas en el documento de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que ahora ha sido reconocido como un texto de negociación por los 192 Estados que se congregaron en Bonn, Alemania, durante la primera semana de agosto de 2010. Los puntos más relevantes que han sido incorporados para su consideración en la próxima ronda de negociación previa a Cancún, que se realizará en China, son:
Reducción. La reducción en un 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero por parte de los países desarrollados para el segundo periodo de compromisos del Protocolo de Kioto del año 2013 a 2017.
Temperatura. Estabilizar el incremento de la temperatura a 1º C y 300 partes por millón de dióxido de carbono en la atmósfera.
Atmósfera. Garantizar una distribución equitativa del espacio atmosférico, tomando en cuenta la deuda climática de emisiones de los países desarrollados para con los países en desarrollo.
DDHH. Pleno respeto a los derechos humanos y a los derechos inherentes de los pueblos indígenas, las mujeres, los niños y los migrantes.
Derechos de los pueblos. Pleno reconocimiento a la Declaración de las Naciones Unidas de los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Madre Tierra. Reconocimiento y defensa de los derechos de la Madre Tierra para alcanzar la armonía con la naturaleza.
Tribunal Internacional de Justicia Climática. Garantizar el cumplimiento de los compromisos de los países desarrollados a través de la constitución de un Tribunal Internacional de Justicia Climática.
Carbono. Rechazo a los nuevos mecanismos de mercado de carbono, que traspasan la responsabilidad de la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero de los países desarrollados a los países en desarrollo.
Consumismo. Promoción de medidas que cambien los patrones de consumo de los países desarrollados.
Propiedad intelectual. Adopción de las medidas necesarias en todos los foros pertinentes para que se excluya de la protección de los derechos de propiedad intelectual a las tecnologías útiles y ecológicamente sostenibles para mitigar el cambio climático.
Aporte Producto interno bruto (PIB/PBI) del mundo. Los países desarrollados destinarán el 6% de su producto nacional bruto para acciones relativas al cambio climático.
Bosques. Manejo integral del bosque para mitigación y adaptación, sin mecanismos de mercado y garantizando la plena participación de los pueblos indígenas y comunidades locales.
Monocultivos. Prohibición de la conversión de los bosques naturales en plantaciones, puesto que las plantaciones de monocultivos no son bosques, sino se debe incentivar la protección y conservación de los bosques naturales. www.ecoportal.net
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